Reparación de los faros de tu auto

Los faros delanteros son esas luces al frente del vehículo que nos permiten ver la carretera de noche o con poca visibilidad, suelen ser dos y su diseño es tanto funcional como decorativo.

Esta sería la respuesta simple, pero la verdad es que los faros delanteros son unas de las piezas más importantes para el conductor de un vehículo, por lo que, el hecho de que funcionen correctamente o no, es la diferencia entre estar expuestos a sufrir terribles accidentes en el camino.

Y es que los faros de luz fundidos o con roturas del cristal no solo limitan tu visión. También hace que otros conductores tengan dificultades para verte.

El principio mecánico detrás del funcionamiento de la luz del faro de un vehículo es relativamente simple, al punto de que los primeros que se utilizaron funcionaban exactamente igual que una lámpara de petróleo o acetileno.

Básicamente, se trata de un flujo luminoso envuelto en un mecanismo que ayudará a dirigir la mayor cantidad de dicha luz hacia el frente, de forma enfocada, continua y controlada.

Con el paso del tiempo, la tecnología detrás de los faros de luz ha evolucionado y hoy los faros modernos están compuestos por una lámpara halógena e, incluso, por luces láser. Entre ambos ejemplos existen otros modelos con distintos niveles de tecnología, pero la función de todas ellas ha permanecido sin cambios a pesar del paso del tiempo: iluminar, señalar y evitar.

Otras características de diseño compartidas por los distintos modelos de faros delanteros son la capacidad de cambiar la dirección y el alcance luminoso, así como su potencia lumínica. De ahí que hablemos de «luces altas» y «luces bajas».

Hace dos siglos que dejamos de usar lámparas de petróleo amarradas a la superficie exterior de nuestro coche para iluminarnos en la carretera, por lo que no es de sorprender que existan en la actualidad una variada gama de tecnología de iluminación. 

Dependiendo de su complejidad y antigüedad, tu vehículo poseerá uno de estos tipos de faros:

• Faros incandescentes: como su nombre lo indica, están compuestos por una lámpara incandescente. En la actualidad, este tipo de faros ya está en desuso, al punto de que solo pueden verse instalados en algunos camiones. Las luces de halógeno las han suplantado casi por completo en todos los vehículos.
• Faros de halógeno: es la fuente lumínica más básica de las utilizadas en la actualidad y, aunque el tiempo de vida y alcance de una lámpara halógena no son los más altos, son supereconómicas, por lo que podemos ver estos faros instalados en vehículos de gama media y baja.
• Faros de xenón: Su nombre deriva del tipo de gas que está dentro de sus bombillas y su funcionamiento provee ventajas sobre los faros de halógeno, aumentando la intensidad de su luz, con un alcance estimado de hasta 150 metros y tiempo de vida útil superior a 2500 horas.
• Faros LED: si obviamos los faros láser, esta opción es la más moderna. Compuesto de un cúmulo de pequeños diodos LED, su ordenamiento, así como su tipo de alimentación, permiten adaptar la intensidad y dirección de las luces en medio de la carretera de forma rápida y segura. La duración de un diodo LED es de aproximadamente 10 000 horas y su rango de iluminación es excelente porque abarca hasta 300 metros. Además, el consumo de combustible de esta fuente lumínica es mucho más eficiente que el de los faros de xenón y halógenos.
• Faros láser: sí, tan futurista como suena, estos faros emplean tecnología láser para iluminar la carretera. Hasta ahora, los utilizan pocos automóviles, pero son tan eficientes que tarde o temprano reemplazarán por completo todos los demás sistemas de iluminación.

Sus prestaciones dan la mayor intensidad de iluminación, a un costo de energía ínfimo, con una duración de casi 100.000 horas y un rango de iluminación por encima de los 600 metros.

• Faros de niebla: Como su nombre lo indica, un faro niebla está especialmente diseñado para iluminar a través de cúmulos con baja visibilidad. La tecnología de esta fuente de luz permite atravesar la niebla de forma efectiva y, aunque las variantes de xenón y LED tienen rangos de iluminación superiores, su haz de luz no atraviesa la niebla de forma eficiente, no como lo harían los faros de coche diseñados específicamente para este propósito. Por lo que se recomienda que si tu vehículo no posee este tipo de luces, lo mejor sería que las instalaras.

Aunque las causas por las que podría fallar un faro son variadas, las más comunes son las siguientes:

• Uso de bombillas inadecuadas: ya sea porque son incompatibles entre sí o de distinta intensidad, esto afecta la iluminación en general.
• El tiempo de uso: los faros amarillentos son una mala señal. Si te percatas de tenerlos, lo mejor será que vayas pensando en cambiarlos. Ese tipo de luz es la confirmación de que ya dieron lo mejor que podían dar y deberían pasar a retiro.
• Sistema eléctrico en mal estado: los cables dañados, roídos o deshilachados son una causa común de que el faro de coche no ilumine con la intensidad adecuada. Incluso, puede ocurrir que comiencen a titilar de forma descontrolada.
• La suciedad: las partículas de polvo, tierra o barro pueden afectar la iluminación, especialmente si invaden el interior de los faros. Esto pasa más seguido cuando la carcasa del faro es de plástico que, a su vez, es más difícil de limpiar que la de cristal.
• Fallas en el alternador: si aumenta o disminuye la intensidad de las luces, dependiendo de la aceleración de tu coche, quizás tengas problemas con tu alternador. Por otro lado, si tienes problemas con el regulador de voltaje, la intensidad de la luz podría ser más baja de lo debido.

No te preocupes por no saber cuánto cuesta cambiar tus faros por unos faros láser, ya que en la actualidad solo los usan BMW y Audi. Preocúpate más bien por el costo de faros LED, puesto que estos, poco a poco, están suplantando a los halógenos y los de xenón en todas las marcas de coches, incluyendo los de baja gama.

Si necesitas cambiar o reparar faros desgastados, opacos o fundidos y buscas repuestos de alta calidad, debes contemplar un presupuesto que oscile entre los 800 a 1500 pesos, como mínimo. La razón es que, si bien existe una amplia gama de precios en el mercado, deberás invertir entre 110 a 200 pesos por cada dispositivo, sin contar la mano de obra.

En última instancia, ten esto en cuenta: aunque los mercados podrían variar y depender de la oferta, de la demanda, de la disponibilidad y de la complejidad de la tecnología, una buena regla sería: los faros más costosos son los láseres, seguidos por los de LED. Luego están los de xenón y, por último, los halógenos.

Considera esto al momento de escoger tus faros, pero te recomendamos también tener en cuenta las capacidades del dispositivo, desde la potencia máxima y el alcance estimado hasta la eficiencia de gasolina.

Recuerda que, en caso de que choques tu vehículo, y los faros se dañen, estos podrían ser reparados o reemplazados en caso de contar con la cobertura correcta. ¡Obtén una cotización de un seguro personalizado para tu auto en sólo 30 segundos!